lunes, 30 de enero de 2012

Educación a distancia o sin distancia.


La educación a distancia, también denominada en otros momentos, como educación abierta, por correspondencia, no presencial o estudios dirigidos, tiene entre todas estas  denominaciones un elemento común: la distancia.

La separación física entre profesores y estudiantes es el rango distintivo de esta forma de organizar el proceso de aprendizaje. No pocos expertos han coincidido que a mayor distancia, el estudiante tiene mayor autonomía e independencia.

Otro de elemento clave en esta forma de organización es la presencia de medios, que en su calidad de componente del proceso pedagógico, actúan entre el contenido y el estudiante. Desde las famosas cartas que Maimónides enviaba a sus discípulos, pasando por el periódico, la radio, los materiales impresos y llegando a las aulas digitales actuales, estamos en presencia de un grupo variado de medios, que facilitan el acceso a la información y su transformación en conocimiento.

En la actualidad gran parte de los cursos que se agrupan dentro de la educación a distancia emplean medios digitales, con lo que se rompen dos barreras importantes: el tiempo y la distancia.Por esta razón me inclino a pensar que dicha educación perdió hace tiempo el concepto mismo de la distancia. La separación al profesor, es cosa del pasado y en cierta medida se puede afirmar que nunca existió tal separación. 

Lo anterior se demuestra al comprender que el profesor o tutor siempre estuvo presente de un modo u otro en los medios empleados por el estudiante y en las indicaciones necesarias para su trabajo. No es una presencia física, pero sí influye en la organización del aprendizaje de dicho estudiante.

Hoy podemos concebir la educación sin distancia como un sistema de formas de organización, que tiene como meta la formación integral del estudiante. No se puede pensar solo en desarrollar las competencias u objetivos del curso, se debe ir más allá en la formación de ese individuo en las relaciones con los demás, en el incremento de su responsabilidad y en especial en el respeto por su propio aprendizaje.

Considero que el sistema de la educación a distancia o sin ella, tiene tres grandes componentes: autonomía, medios y comunicación bidireccional.

La autonomía, valorada en numerosos estudios de Moore, Holmberg y otros, es un  rasgo que deben poseer los estudiantes de este sistema y aun en aquellos que no lo tienen logrado en sus inicios como estudiantes, lo deberán alcanzar en su desarrollo.

Los medios  actúan en su condición de componentes del sistema al propiciar el contacto del estudiante con las fuentes de información y de ese modo disminuir su dispersión. Sin ellos la educación sin distancia no habría existido y su perfeccionamiento actual obedece en gran medida al tránsito de los medios analógicos a los digitales. Ellos sustituyen solamente a determinados canales respecto a cómo se comunica la información de manera presencial. Pero este tránsito es causa directa de la mala costumbre de convertir las aulas digitales en almacenes de información, muchas veces innecesaria. 

El tercer componente es la comunicación bidireccional, es decir aquella mantenida entre el estudiante y el profesor, así como entre todos los estudiantes. Esta es una de las grandes conquistas del sistema de educación sin distancia en especial con el empleo de los medios digitales. Internet abrió una puerta muy importante para esta comunicación, la que se mejora cada día con el empleo de otros medios.

En definitiva la educación a distancia o sin distancia es un sistema de formas de organización donde prevalece la autonomía del estudiante, mediante una variedad de medios, para disminuir la dispersión de la información.

miércoles, 25 de enero de 2012

Cuando dos por dos no es cuatro.

Los datos estadísticos son empleados a diario por infinidad de personas, organizaciones, medios y gobiernos. La veracidad o no de los datos es un tema siempre discutible, en especial cuando se trata de apreciaciones sociales.

En temas de educación las estadísticas no solo son enseñadas como ciencia, sino empleadas de manera muy diversa. Una de estas para recoger y analizar datos cuando realizamos determinados tipos de investigaciones.

Sin embargo, conocemos que en este campo es bien subjetivo el análisis de muchos datos. Recuerdo que en Cuba se exigía por parte de la Comisión Nacional de Grados científicos, la inclusión de un capítulo que demostrara estadísticamente los resultados obtenidos. Esta exigencia, necesaria en las ciencias exactas se extendía a las ciencias sociales, que por su naturaleza no son exactas. En otras palabras todas las tesis doctorales en el campo educacional debían contar con dicho capítulo.

En una ocasión asistí a una defensa doctoral en Ciencias Pedagógicas, donde el aspirante empleó de los 30 minutos obligatorios para su exposición, 20 para exponer su análisis estadístico. Está de más decir que en el tiempo restante no pudo convencer al tribunal de la solución de su problema científico.

Cuando he revisado tesis en el campo pedagógico, las que contenían análisis estadísticos, todas demostraban la veracidad de su planteamiento. No encontré alguna que indicara lo contario, no precisamente por manipular los resultados, sino por la forma de comprobarlos.

Por suerte para mí,  un tiempo antes de defender mi tesis doctoral el Comité de Grados científicos demostró que no era obligatorio el análisis estadístico en el campo de las ciencias sociales y por ende respiré aliviado de mi enfrentamiento a la estadística.

En las ciencias sociales y en especial en la educación, lo que es demostrable para un grupo de estudiantes, puede no serlo para otro, aun con características similares. Una colega de trabajo, realizó su tesis doctoral sobre el sistema de medios adecuado para desarrollar un tema con estudiantes de una asignatura y grado específico. Su tesis, atrapada en el mundo estadístico, conserva el valor científico del análisis y definición conceptual de sistema, pero los datos estadísticos perdieron todo su valor una vez terminó su defensa.

Con mis estudiantes de educación y en especial aquellos que se preparan para la defensa de su trabajo de grado, enfatizo que lo importante es la solución del problema detectado, los instrumentos aplicados y la interpretación de estos. Existe entre los estudiantes la marcada confusión de creer que al escribir que el 30 ó 40% de los encuestados respondió de un modo, le da relevancia a su instrumento y por ende a los resultados. La propia estadística se encarga de demostrar que dicho valor porcentual es poco o nada significativo.

Lo que en una escuela puede ser demostrado con sólidos instrumentos estadísticos, en otra con solo cambiar estudiantes y profesores deja de ser útil. Un mismo problema científico puede ser resuelto de diferentes maneras. Esto significa que atarnos a datos estadísticos puede conllevar a demostrar que conocemos la interpretación de dichos resultados, pero que no logramos resolver el problema planteado.

En esos casos es donde siempre comento con mis estudiantes, que dos más dos no siempre es cuatro.

domingo, 22 de enero de 2012

Cuando un amigo se va y regresa


Alberto Cortez, cantautor argentino escribió una bella canción dedicada a su padre, llamada  “Cuando un amigo se va”, letra que me hace recordar a un amigo. 

Ese amigo es mi padre. Chago como le decían todos fue un sencillo hombre, trabajador, que al igual que mi madre me inculcaron el valor por el trabajo y en especial la ayuda a los demás. Se fue de nosotros por una enfermedad que detectada a tiempo le hubiera permitido vivir más.

Recientemente mi madre me pidió cremar sus restos y llevarlos a su casa. Después de recoger la urna en el Cementerio me di a la tarea de buscar un sitio adecuado dentro del auto, para evitar que se volcara. 

No encontré mejor lugar que colocarla a mi lado, pegada al asiento del acompañante, donde estaría mejor resguardado que en el asiento trasero.

Con su compañía empecé a recorrer algunas de las calles de La Habana y rememorar la misma ruta que hicimos en una moto un par de meses antes de su fallecimiento. 

En la peletería " La cubana",
mi padre está a la izquierda.
Foto tomada en 1955
Del cementerio de Colón pasamos por el antiguo “Castillo del Príncipe” donde en su época de miliciano custodió a los invasores detenidos en Playa Girón. Seguimos por  la avenida Carlos III donde en los años 60 y 61 le tocó custodiar algunas empresas allí ubicadas. Me detuve en una esquina donde un 6 de enero, jugué con mi padre y los juguetes que los “Reyes magos” me habían dejado. Ese día él estaba con su uniforme de milicia, su fusil Fal y su boina verde olivo, custodiando la llamada “Empresa eléctrica”. 

Seguí hasta Belascoaín donde empezó a trabajar de dependiente en una tienda de calzados, llamada “La Cubana”. En esa misma avenida y después de la nacionalización de todos los centros comerciales, fue nombrado administrador en varios de ellos. Me detuve en algunas de estos, lastimosamente casi ninguno existe, los locales fueron primero abandonados y después modificados para viviendas. 

Mi padre con su
uniforme de
miliciano
Bajé por Reina y fuimos mirando algunos de los locales donde también trabajó, generalmente administrando los pocos recursos que el Estado tenía en cada una de ellos. Soy de los afortunados en comentar que nunca mi padre tomó nada de esos establecimientos para su casa, situación que hoy es constante en muchos de los que administran los recursos estatales. 

Continuamos por el llamado “Quinto Distrito” donde una noche nos sorprendió una balacera de los milicianos contra unas avionetas que cruzaban La Habana disparando a todas partes. Allí lo despedimos cuando fue a la Limpia del Escambray. Seguí hasta la avenida del Puerto y miramos al otro lado la torre de la Refinería, donde también estuvo destacado como miliciano.

Me quedaron muchos lugares por recorrer, en especial aquellas veces que fue movilizado a cortar caña, él que no conocía del campo, tuvo siempre un rendimiento bajo, pero estaba orgulloso de cumplir su tarea. 

Bordeando el mar lo dejé descansando en la casa de sus nietos, parte de la cual ayudó a construir. 

Recibiendo el certificado
de trabajador vanguardia
Mi padre vivió una época en que la familia muchas veces no fue lo más importante, sino el sueño romántico de construir entre todos una nueva sociedad. Por lo general entre 1960 y 1970 estuvo poco tiempo en la casa, unas veces como miliciano y otras como machetero en la caña o en otras labores agrícolas, que lo alejaban de nosotros. Pero en ese tiempo siempre supe que mi padre era un tipo de verdad, al que siempre podías consultar.

El recorrido con sus cenizas, me hizo reflexionar sobre la importancia que tienen los padres en la formación de sus hijos, tuve la suerte de contar con ellos siempre y aunque no estemos de acuerdo en todo, el respeto y la admiración por ellos, es una guía permanente en mi trabajo cotidiano.


Sirvan estas líneas como mi homenaje, hoy en su 16 años de fallecido.

lunes, 16 de enero de 2012

Mi apagón digital


Casi un mes de vacaciones en La Habana, impidieron el acceso a la Red. Nada de Internet, correo muy limitado y por ende bien alejado de mi pasión diaria.

Más que una limitación fue un regalo vacacional, a veces es necesario alejarse de las redes para retomar nuevas ideas, crear otras y en especial desintoxicarse de lo que llaman infotoxicación.

Para mi fueron vacaciones, pero para aquellos con grandes limitaciones en el acceso a la Red no significa ni remotamente lo mismo. No acceder a Internet es ir detrás del desarrollo, cerrarse al mundo y lo peor no dar a conocer su potencial científico.

Cuba es un país que gracias a su Revolución logró desarrollar niveles de educación envidiables para muchos países. No hay analfabetos, la gente es capaz de hablar con precisión de muchos temas, su historia la explican con orgullo y dedicación. No es perfecta la educación, pero sabemos que su mejoría es cuestión de todos.

La mayoría de mis ex colegas de trabajo en la universidad tienen grados científicos de maestría y doctorado. Sus tesis quedan muchas veces archivadas y su acceso digital es limitado. Muchos de ellos tienen experiencias científicas de alto nivel que pueden compartir en los mismos congresos virtuales en que participo. Su preparación pedagógica y el nivel científico pueden concretarse en cursos en línea. Pero todo lo anterior es totalmente limitado, por no decir nulo.

No acceder a la red de redes, está limitando bastante el desarrollo profesional. Evidentemente hay un serio problema económico, los salarios actuales no pueden pagar un acceso a la red como en otros países. Hay que invertirlo en la comida y en el transporte, rubros bien caros, donde aun el Estado con toda su voluntad no logra eficiencia.

Muchos de mis amigos y familiares tienen computadoras, especialmente los que viven en la Capital, pero de ellos muy pocos tienen acceso al correo electrónico y ninguno a la Red. Muchas veces este acceso es de manera clandestina, cuando el administrador de una red vende servicios que no le pertenecen.

Las universidades y centros de investigación tienen acceso a Internet, pero en mi opinión el acceso socializado a este servicio no contribuye al desarrollo personal. No es posible planificar el acceso individual a la información cuando otros tienen la misma intención de acceder en el mismo tiempo.

Razones para estas limitaciones hay muchas, una de ellas el bloqueo de Estados Unidos sobre la Isla impide el acceso a la red y las comunicaciones hay que realizarlas con carácter satelital, lo que incrementa su costo.  Sin embargo existen también prohibiciones estatales muy difíciles de comprender y menos de explicar.

Belleza de cielo y mar, solo
propio del Caribe
Mi apagón digital no me impidió contactar con todos mis amigos y familiares. En algunos casos una llamada telefónica fue suficiente para hablar con ellos. En otros una caminata, siempre útil en estos tiempos de sedentarismo, me acercó a muchos amigos. El apagón me permitió acceder a las playas, que aun en invierno no dejan de ser perfectas para solearse y adquirir el “color caribeño”.

El apagón me permitió escribir este y otros trabajos que publicaré próximamente y acumular para mi foto blog cientos de fotografías.

Pero mi  apagón es solo por un tiempo, por ello no dejo de solidarizarme con los que tienen un apagón casi permanente. La apertura no es tarea de un día, el acceso a la red menos aun.

Retomo las palabras del Papa Juan Pablo II en su histórica visita a Cuba, en enero de 1998 cuando expresó: Que Cuba se abra al Mundo y el Mundo se abra a Cuba. Esperamos que esa apertura no llegue demasiado tarde.